1.- ¿Cuánto para empezar?
Todos los hobbies conllevan un gasto asociado. No son pocas las actividades que decidimos no probar por su excesivo gasto inicial, antes de saber si quiera si vamos a disfrutar o no. El surf o el esquí son ejemplos claros: comprar todo el equipo necesario para iniciarse en estos deportes que puede que te gusten o no resulta en un desembolso a tener en cuenta, que hace que nos pensemos varias veces si dar el salto a practicarlos o decantarnos por algo más económico.
En el caso de la afición a los drones la situación no es tan extrema. Se pueden comprar drones baratísimos, por menos de 15 euros. Sin embargo, según aumentan nuestros requerimientos, los precios se disparan considerablemente. De modo general, podemos decir que si nuestra intención es utilizar el drone para volarlo y efectuar piruetas o colocarle una pequeña cámara que grabe pequeños videos, el coste resultará bastante económico. Sin embargo, si queremos mapear superficies o cualquier actividad que requiera de buenas prestaciones y accesorios precisos, el gasto puede crecer exponencialmente.
Otro gasto añadido es el de la licencia y la entrada a los recintos habilitados para poder pilotar drones. En la práctica, para volar drones de manera recreativa, mientras se haga en zonas en las que no provoquen molestias ni físicas, ni en forma de interferencias radioeléctricas, no es necesario disponer de la licencia, ya que no se suele requerir por ninguna autoridad.
Si con tanto escuchar hablar de los drones te ha picado la curiosidad y deseas probarlos puedes hacerlo sin ningún problema: por unos 20 euros existen drones fiables y que sirven para conocer y empezar a aprender los secretos de este mundo.
Los drones que podemos encontrar por esas cantidades suelen tener unas características parecidas: su autonomía es de unos 5-8 minutos, se pueden manejar hasta a unos 50 metros de distancia, su tamaño ronda los 4×4 centímetros y el tiempo de carga de la batería es de unos 30- 40 minutos. Este grupo de drones minúsculos tienen la ventaja de que pueden ser volados en sitios cerrados; en lugares abiertos solo pueden volar efectivamente en condiciones de viento débil. Otro hándicap es que no son capaces de portar una cámara de video.
Los drones más recomendables por este precio son el Cheerson CX-10, el JJRC 1000A 4 y el Eachine CG022.
Estos tres modelos incluyen iluminación led para vuelos nocturnos.
Por 40 euros encontramos drones capaces de llevar una pequeña cámara de fotos y video. El tamaño de este tipo de drones alcanza los 20×20 centímetros. La autonomía y el alcance son similares a la de los modelos más pequeños. Sin embargo, el tiempo de carga es mucho mayor.
Los modelos más recomendables en función calidad-precio son el Cheerson CX-30, el Syma X5c -1 y el Husban X4. El precio de 40 euros no incluye la cámara de video. Estos drones no cuentan con unas baterías capaces de llevar cualquier cámara. Además, cuanto más pese la cámara, menos tiempo se mantendrá el drone en el aire. Se pueden encontrar cámaras decentes para este tipo de drones por 15 euros.
A partir de aquí el abanico de posibilidades se amplía en gran medida. Existen en el mercado infinidad de modelos y de precios dependiendo de las prestaciones que ofrecen. Por ejemplo, podemos encontrar dos drones de 80 euros y que uno permanezca en el aire 12 minutos y el otro 7, pero que el de 7 ofrezca la posibilidad de ser pilotado desde el móvil.
Aparte de las prestaciones principales (autonomía, alcance y potencia) otras variables influyen notoriamente en el precio. Tenemos, por ejemplo: la calidad de los elementos emisores y receptores, si es wifi y si se puede pilotar desde el móvil o ipad, si tiene la capacidad de volar independientemente, tras programar un plan de vuelo (tan fácil como unir puntos en el google maps), su resistencia al viento, si es capaz de transmitir datos en tiempo real…
Dependiendo del mix de prestaciones que ofrezca el drone el precio puede llegar hasta los 2.000 euros para drones semiprofesionales. A partir de ahí, encontraremos aparatos específicos enfocados a diferentes usos comerciales o militares. Cuando nos referimos a estos precios no tenemos en cuenta accesorios aparte del drone.
Sin duda, el drone más famoso sea el Phantom 2. Tras el éxito del 1 DJ ha perfeccionado el modelo y ha sacado esta versión mejorada. Por unos 1.000 euros se puede encontrar la versión básica. Tiene una autonomía de 25 minutos, la emisora tiene un alcance de 1 kilometro, está diseñado para vuelo de precisión y dispone de potencia suficiente para portar cámaras de altas prestaciones. También incluye piloto automático y bloqueo de altura.
El Phantom es un drone de probada calidad y cuenta con un gran número de aficionados que mejoran su software y aplicaciones, y comparten información en internet. Por ello, es un drone más caro que sus competidores directos. Esto significa que es posible encontrar fácilmente aeronaves con las mismas características a un menor precio.
Otra opción cada vez más de moda es comprar los componentes individualmente y montarlo. Es la mejor opción cuando uno cuenta con los conocimientos suficientes, ya que no se necesitan componentes ni herramientas de difícil acceso o caras.
2.-Los drones y la crisis
Arquitectos, Ingenieros de Caminos, Aparejadores…ven como las ofertas de empleo en sus sectores son prácticamente inexistentes. Algunos de ellos tuvieron la suerte de trabajar con drones; otros se han topado con ellos o les ha llamado la atención, y su deformación profesional les ha llevado a indagar en el asunto. El caso es que muchos profesionales se están reciclando al incipiente mundo del drone para buscar una salida laboral. Y es que es un mundo por explorar, aunque dadas las circunstancias actuales, es de suponer que pronto la competencia será importante. Por ahora no lo es.
El primer empleo posible en el que pensamos en este mundo es el de piloto. Las ofertas de trabajo crecen en sectores como la formación, la vigilancia, agricultura, geología, cine…y cada día nuevas profesiones descubren la utilidad de los UAV y solicitan pilotos.
Pero hay otros muchos empleos asociados a los drones. Con la popularización de los drones recreativos se necesitarán comercios y técnicos de mantenimiento. El componente informático y de inteligencia artificial en esta tecnología tiene un peso muy importante. Así, se necesitarán programadores especializados en implementar los planes de vuelo que realizará el drone o grupo de drones. También se demandarán desarrolladores de aplicaciones informáticas que faciliten a o agreguen valor añadido a pilotar desde el móvil, ipad…Otro ámbito a explotar está dentro de la electrónica; se mejoran e innovan accesorios constantemente: nuevas cámaras más ligeras y potentes, motores más pequeños, chasis más resistentes…
En fin, si te gusta este mundo es el momento idóneo y te sumerjas: la posibilidad de que tu hobbie se convierta en tu trabajo está al alcance de tu mano!
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